jueves, 2 de diciembre de 2010

ESTAR EN COMUNION CON EL PAPA.

Nos dice el papa, que para que se realice la comunión con Dios mediante la eucaristía, es necesario, primero, la vida de gracia en nosotros, y la práctica de las virtudes teologales de la fe, esperanza y caridad. Sólo si estamos en gracia, podremos obtener verdadera comunión con la Trinidad en cada celebración eucarística.
 El papa cita las palabras de San Juan Crisóstomo: “También yo alzo la voz, suplico, ruego y exhorto encarecidamente a no sentarse a esta sagrada Mesa con una conciencia manchada y corrompida. Hacer esto, en efecto, nunca jamás podrá llamarse comunión, por más que toquemos mil veces el Cuerpo del Señor, sino condena, tormento y mayor castigo”.

Por eso el Catecismo de la Iglesia Católica establece: “Quien tiene conciencia de estar en pecado grave debe recibir el sacramento de la Reconciliación antes de acercarse a comulgar”. Es decir, debe reconquistar la gracia de Dios, perdida, pisoteada, despreciada, escupida por el pecado grave. Y esto se logra mediante la confesión sacramental.

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